domingo, 31 de enero de 2010

Alfabetizar una responsabilidad de todos, así la asumimos

La Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional incluyó en su Programa de Gobierno la erradicación del analfabetismo como una de las metas prioritarias... Dice el Programa: "Se iniciará una Cruzada Nacional de Alfabetización que movilice todos los recursos del país para lograr la total erradicación del analfabetismo"... el Estatuto sobre Derechos y Garantías de los Nicaragüenses, promulgado el 21 de Agosto de 1979, declara de interés social la alfabetización y señala "es responsabilidad de todos los nicaragüenses". Cita: Doctor Carlos Tunnermann, Ministro de Educación 1980. tomado de la Cruzada en Marcha", Órgano Oficial de la Cruzada Nacional de Alfabetización, No. 1, Febrero 1980.

Esa afirmación de que es responsabilidad de todos fue asumida y vivida durante los seis meses que duró la Cruzada Nacional de Alfabetización por un ejército de 95,582 jóvenes y adolescentes y se convirtió en la movilización más grande que se ha vivido en la historia de Nicaragua, después de la guerra de liberación contra la dictadura somocista, los jóvenes de la ciudad se volcaron al campo, para enseñar a leer y a escribir a 406,056 campesinos y campesinas, en ese entonces la población rural tenía un indice de analfabetismo del 50.35 %.

La Revolución con esta tarea de erradicar el analfabetismo generó su propia pedagogía que convirtió a Nicaragua en una gran escuela, ahí los que llegamos de la ciudad comprendimos el significado de ser campesino y la dignidad trastocada por la palabra jincho. Más allá de la experiencia polltico-pedagógica, fue una experiencia humana que aún de manera quizá inconsciente nos dio una re-lectura de la realidad del campo, ahí valoramos el trabajo del campesino, la vida dura que enfrenta y las limitaciones, razones por las que esa época nos marcó a todos y todas.
El principio educativo de que en ese encuentro se enriquecerá el alfabetizador y al alfabetizado, el maestro y el alumno, el educador y el sembrador en ese entonces se cumplió y posiblemente los que fuimos a enseñar, recibimos más lecciones de vida que las 24 lecciones que llevamos en la cartilla con que fuimos a enseñar.
Cuando regresamos a las casas ya habían nuevas tareas unos a los estudios, otros al trabajo y muchos a los primeros batallones... en ese entonces del campo llegaron a la ciudad, los nuevos y nuevas ciudadanas, como se decía en aquel tiempo ahí estaba el hombre nuevo y la mujer nueva, para una nueva sociedad que luego perdimos en el camino.

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